sábado, 12 de diciembre de 2015

Despliegue y sectorización.



La aparición de una catástrofe, aunque esté recogida su posible aparición en los diferentes planes de emergencias, supone una situación siempre desbordante y difícil de planificar.

Uno de los problemas que se encuentra es que podemos prever la evolución ante un riesgo concreto, pero como este tipo de situaciones se dan, afortunadamente, de forma poco frecuente y aislada en el tiempo, esto hace obligado que el conocimiento real de las grandes catástrofes se limite a analizar aquellas acontecidas en diversos lugares del mundo.

Las principales dificultades son, el poder disponer de los recursos necesarios ante las necesidades que la propia emergencia demande, y organizarlos para que todos actúen de manera coordinada y eficaz. En nuestro país estamos acostumbrados a organizar la asistencia sanitaria en las emergencias limitadas, que nos permiten realizar una atención individualizada a cada una de las personas implicadas en ese incidente.

En el caso de una catástrofe, el concepto es completamente diferente, pues la atención debe realizarse a una colectividad, priorizando una serie de actuaciones en beneficio de la mayoría, y en muchos casos, impidiendo que se pueda realizar una atención individualizada.

En esta unidad vamos a trabajar fundamentalmente la organización que se realiza ante situaciones de gran desproporción, garantizando la mejor respuesta operativa, de servicios de rescate y de asistencia sanitaria, en función de la dimensión de la catástrofe.

No debemos olvidar uno de los lemas que de esta unidad debemos aprender. La prioridad antes de asistir es organizar, siempre garantizando la seguridad de todos los equipos de intervención.

Antes de asistir hay que organizar.



Tipos de emergencias: limitadas y colectivas. 

Ya sabemos que todo suceso fortuito, inesperado y que causa daños en personas, medio ambiente o bienes ocasiona situaciones de desorden en la comunidad que requieren de la actuación de equipos de emergencias para disminuir las secuelas producidas por ésta y restaurar, en el menor tiempo posible la normalidad.

Aunque las fases de actuación ante una emergencia las vamos a definir de un modo general para todos los tipos de situaciones, tenemos que comprender que la propia dimensión de la emergencia requerirá de un despliegue organizativo mayor o menor. Es por esto que, de modo general, se establecen dos tipos de emergencias, las emergencias limitadas y las emergencias colectivas.

Características comunes en las emergencias limitadas y colectivas:

  • El hecho desencadenante puede tener su origen en factores naturales o humanos.
  • Se producen daños en personas, bienes o medio ambiente.
  • La víctima sufre pérdida de su integridad física, psíquica o social.
  • Se requiere la intervención de equipos multidisciplinares para su resolución.
  • Se requieren recursos materiales y personales.

Características diferenciadoras:
  • Emergencias limitadas: afectan a un número limitado de personas en un espacio también limitado, donde los recursos disponibles son suficientes para la resolución de la emergencia. Por ejemplo: accidente de tráfico con múltiples víctimas.
  • Emergencias colectivas: afectan a una colectividad, a un gran número de personas, donde los límites físicos de la emergencia no están perfectamente delimitados y generalmente los recursos disponibles, aunque no siempre están dañados, son insuficientes y se requiere de la actuación de medios externos a esa comunidad. Por ejemplo: atentado de Madrid del 11 de marzo.



Fases de resolución de una emergencia.

Las dificultades que se derivan de las situaciones de emergencias, en un alto porcentaje se producen por actuaciones defectuosas. Este tipo de dificultades son normales teniendo en cuenta que las situaciones son en cada caso diferentes y requieren de necesidades particulares.

Para evitar en la medida de lo posible que esto ocurra, se ha llegado a un consenso en cuanto a establecer una serie de fases de actuación que irían, desde la preparación de los equipos de emergencias para su actuación, hasta la finalización de la emergencia, con la derivación de las víctimas a los centros hospitalarios y la reactivación de los equipos de emergencia ante la aparición de una nueva necesidad.

Se engloban estas fases en el denominado Decálogo Prehospitalario que recoge las actuaciones ordenadas que se realizarán en la asistencia prehospitalaria y que da respuesta tanto a emergencias limitadas como emergencias colectivas.

Las fases del Decálogo Prehospitalario las puedes ver en el siguiente esquema:





Actuaciones en la fase de alerta.

Las actuaciones que vienen recogidas en el Decálogo Prehospitalario comienzan por una primera fase denominada fase de alerta, de cuya eficacia y planificación van a depender el resto de las etapas. Esta fase es la preparación de todos los equipos ante una eventual activación por emergencia, de manera que esté todo dispuesto para dar respuesta en tan sólo pocos minutos.

En esta fase, las actuaciones van dirigidas a que los equipos de intervención y todos los recursos materiales necesarios para garantizar una actuación eficaz, estén perfectamente revisados e informados en todo momento ante la posibilidad de activarse por aparición de una situación de emergencia, de manera que se puedan poner en funcionamiento automáticamente.

Además, se debe garantizar que funcionen perfectamente todos los mecanismos necesarios para que cualquier persona o institución puedan acceder a activar los sistemas de emergencia en todo momento. Para esto es necesario que los medios técnicos sean capaces de dar respuesta en todo momento (24 horas/7 días), y que las centrales de recepción puedan servir de centros de transmisión hacia los equipos de intervención, realizando una acción coordinada y completa ante las demandas de la propia emergencia.

Existen protocolos de funcionamiento de las centrales de coordinación de emergencias, regidos en función del tipo de sistema de emergencias que se siga en cada país, es decir, sistema con teléfono único de activación de emergencias, como puede ser el 112 en nuestro país, o en otros casos, números de teléfono diferentes en función de las características de la emergencias (teléfono de servicios de bomberos, de servicios sanitarios, etc.).

Estar en alerta conlleva la constante operatividad de los servicios de coordinación y de los equipos de intervención, preparados para ser activados en cualquier momento.



La fase de alarma.

El comienzo de la fase de alarma se inicia en cuanto es recibida la llamada de emergencia, pues éste va a ser el desencadenante de la movilización de los medios de actuación. En este momento se van a poner en funcionamiento los sistemas de emergencias.

Para garantizar que la llamada recibida al centro coordinador emita una respuesta proporcional a la propia emergencia, en el centro coordinador deben realizar una serie de preguntas indispensables para poder conocer realmente la dimensión de ésta. Este tipo de trabajo lo realiza personal cualificado y preparado para ello, pues es de vital importancia saber valorar en estas situaciones la dimensión real de ellas. Tenemos que tener en cuenta que el propio nerviosismo causado por la emergencia puede dimensionar la verdaderas características del incidente y provocar una respuesta magnificada.

En la mayoría de los casos existen protocolos informatizados, en donde una secuencia de preguntas, perfectamente diseñadas, va a facilitar este trabajo y sobre todo evitar interpretaciones individualizadas. Las preguntas realizadas deben recoger la localización y dimensión de la emergencia, de manera que el operador u operadora puedan activar un plan de acción previsto para cada supuesto de emergencia. Una vez recogidos los datos éste, generalmente vía telemática, y en sólo pocos segundos, informará a los servicios de emergencias que tengan que intervenir.
                                                   

PREGUNTAS ANTE UNA LLAMADA DE EMERGENCIA 
Identificación
De la persona que llama, y número de teléfono desde el que chama.
Localización
Lugar del incidente.
Dependiendo del tipo de emergencia, la secuencia de preguntas será diferente, así por ejemplo:
Accidente tráfico
Punto kilométrico?
Número de víctimas?
Peligros añadidos?
Vía interrumpida?
Accidente eléctrico
Personas afectadas?
Cables caídos?
Riesgo de incendio?

El mensaje de alarma debe presentar las siguientes características:
  • Mensaje concreto, con información clara sobre la emergencia.
  • Debe generar una respuesta inmediata de los equipos de intervención.
  • Debe garantizar la dimensión de la propia emergencia.
Para garantizar una respuesta adecuada en el centro coordinador existe una persona responsable de la coordinación (coordinador o coordinadora) generalmente personal médico, que será responsable final de la activación de los recursos necesarios en función de las respuestas recibidas.

Debes conocer:
  • Son numerosos los planes de acción previstos para dar respuesta a cada tipo de emergencias, una vez activada esta fase de alarma. La Comunidad de Madrid en su servicio 112 presenta un ejemplo de procedimiento de actuación ante una emergencia por accidente de tráfico que facilita la comprensión de este tema. Visítalo en el siguiente enlace, podrás comprender fácilmente el trabajo mediante protocolos de actuación que permiten una respuesta eficaz en todo momento. Es muy ilustrativo el mapa conceptual que se presenta para este caso: Procedimiento de Actuación ante un Accidente de Tráfico



Reconocimiento del escenario: fase de aproximación.

No podemos olvidar en este momento de actuación de los equipos de intervención, que la seguridad va a ser una prioridad, por delante incluso de una asistencia sanitaria inmediata. La seguridad de los equipos es preferente, porque no podemos olvidar que los accidentes derivados de actuaciones precipitadas son numerosos, y ya son bastantes las consecuencias del propio accidente como para aumentar el número de víctimas. Las proximidades al lugar del incidente, y más si se trata de una catástrofe, generalmente ya se ven afectadas, y según nos vayamos acercando, mayor será el riesgo.

Si el equipo que accede al lugar de la catástrofe es además el primero que llega, deberá hacer una evaluación de la situación "in situ" para informar al centro coordinador y que éste modifique las medidas en función de la información dada.

Por ejemplo, en muchos casos las vías de comunicación (carreteras, etc.) pueden estar comprometidas, colapsadas, etc. y la vía más cercana no va a ser la que permita un acceso más rápido. Este equipo deberá valorar esto para que la llegada de los siguientes sea por los mejores accesos.

Para aumentar la seguridad de los equipos se deben utilizar una serie de dispositivos que permitan ser fácilmente visibles, así como garantizar una ubicación correcta de los vehículos que accedan a la zona. Las principales medidas son:

  • Autoprotección: uso de uniforme con dispositivos reflectante que faciliten ser visibles a una distancia importante. Se debe uniformar el equipo completo, con numerosas bandas reflectantes por todo el cuerpo. Además deben hacer uso de material accesorio de seguridad (casco, guantes de seguridad, etc.).
  • Mantener distancia de seguridad mínima en función de las propias características de la catástrofe.
  • Señalización del lugar.
  • Uso de dispositivos acústicos y luminosos (dependiendo su uso en función de la emergencia).



Recomendaciones en la ubicación de los vehículos de emergencias.

¿De qué manera deberemos estacionar la ambulancia en la proximidad de una catástrofe para garantizar la seguridad? ¿Existe una legislación específica que regule las características de este tipo de transporte, y en concreto en lo referente a vehículos de asistencia sanitaria?

En realidad existe actualmente cierto vacío legal en relación a la conducción de vehículos de transporte sanitarios. Si nos queremos informar sobre la conducción de este tipo de vehículo tenemos como único referente legal el Reglamento General de Circulación (RGC) en donde se establecen algunas disposiciones legales que hacen referencia a la conducción en general de vehículos prioritarios, en donde se engloban a todo este tipo de trasporte.

En la mayoría de los casos, y por supuesto siguiendo estas breves disposiciones legales, será el propio responsable de la conducción del vehículo quien deberá, en función de la propia dimensión de la catástrofe, aplicar el sentido común y adaptarse a las características particulares.

Entre las medidas que deberemos tener en cuenta para garantizar en la medida de lo posible una conducción segura, están:
  • Empleo de dispositivos luminosos: El artículo 112 del RGC, dice: "los conductores de vehículos de los servicios de asistencia sanitaria, harán uso de estos dispositivos cuando circulen en servicio de urgente".
  • Para la utilización de dispositivos acústicos, existen unas recomendaciones hechas por Cruz Roja Española, en donde se recogen aquellas situaciones en las que se debe hacer uso, y otras en las que no deben utilizarse estos dispositivos, así: 
Recomendaciones de uso:
  1. Circulación colapsada.
  2. Adelantamientos en vías de un solo carril.
  3. Cruces con semáforos en rojo, o sin señalización.
  4. Accesos con mala visibilidad.
  5. Riesgo para peatones.

No se recomienda su uso:
  1. En todos aquellos casos que no se evidencie riesgo (semáforo en verde, ausencia de tráfico, etc.).
  2. En todos aquellos casos en los que su uso pueda provocar una alteración del orden público con perjuicio evidente.
  • Ubicación adecuada: la ambulancia se ubicará en un lugar seguro, al inicio de una curva si la catástrofe se ha producido en un lugar con mala visibilidad. Y por supuesto al resguardo de posibles daños.




Sectorización y despliegue, elementos fundamentales de la fase de control.


A la hora de organizar el área donde se ha producido una catástrofe es fundamental dividir el terreno en diferentes zonas con el objetivo principal de crear espacios seguros y facilitar que cada uno de los equipos de intervención tenga un lugar concreto y adecuado para realizar su trabajo eficazmente.

No podemos olvidar que una de las características fundamentales de las catástrofes es la ruptura de los medios habituales por los que se rige una comunidad, es decir, pérdida de comunicaciones, cierre de vías de acceso, aparición de riesgos potenciales, etc. Que si lo unimos a una población afectada que está desorientada, incapaz de coordinar, etc., se dificulta el trabajo de todos.

Podemos decir que sectorizar es dividir la zona donde se ha producido un incidente o una catástrofe en diferentes áreas en donde van a trabajar cada uno de los equipos de intervención (rescate, salvamento, sanitarios, etc.) realizando en cada área sus funciones propias.

¿Cuáles son las áreas que se establecen en el lugar de la catástrofe?

De forma general se consideran tres áreas perfectamente limitadas, aunque su dimensión y extensión será variable en función de la propia superficie que ocupe la catástrofe.

Las áreas en sectorización asistencial son:

  1. Área de Salvamento, también conocida como zona caliente, área roja o zona de impacto.
  2. Área de Socorro, también denominada área seguro, zona templada o amarilla.
  3. Área Base, también conocida como zona fría o zona verde.




Organización de los sectores asistenciales: área de salvamento.

Las tres zonas antes mencionadas se van a ir situando de manera limítrofe desde el lugar donde se ha producido la catástrofe, el punto de impacto, hacia el exterior. Cada área estará perfectamente delimitada, y cada equipo trabajará en una de ellas.

El área de salvamento es la zona en donde se encuentra el punto de impacto, es decir, donde se produce la propia catástrofe. La principal característica de esta zona es que se trata de un lugar inseguro, en donde van a trabajar los equipos de rescate y salvamento, sin permitirse el acceso a ningún otro tipo de persona.

Excepcionalmente, y siempre que se vea necesario por parte de los propios equipos de rescate, se permitirá el acceso a parte del equipo de asistencia sanitaria para determinadas acciones terapéuticas básicas (control de vía aérea, analgesia, inmovilización, etc.) en personas atrapadas cuyo rescate se vaya a prolongar en el tiempo. En esta zona se situarán todos los recursos necesarios para que los equipos de rescate y salvamento puedan trabajar bien, por ejemplo coches de bomberos, vehículos de rescate, etc.

Las funciones que se van a realizar en el área de salvamento van dirigidas fundamentalmente al rescate de víctimas, además se realizarán:
  • Traslado a zona segura de las víctimas.
  • Primera clasificación de las víctimas en función de su gravedad (triage).
  • Búsqueda de supervivientes.
  • Evacuación ordenada, salvo que exista un riesgo inminente.
  • Asegurar una información adecuada con el desde el responsable de los equipos de rescate al mando de la operación que se situará en el Puesto de Mando Avanzado (PMA).



Organización de los sectores asistenciales: área de socorro.

Una de las prioridades en el trabajo de las emergencias sanitarias, tal y como hemos comentado anteriormente, es la de garantizar la seguridad de los equipos asistenciales, de ahí que, no es correcto acercarse demasiado al lugar de impacto, sino que dejar un espacio de seguridad va a permitir un mejor trabajo de estos equipos.

Además tampoco debemos olvidar que antes de asistir es fundamental clasificar a las víctimas de una catástrofe, de ahí que sea fundamental un primer triage en la misma zona de impacto, de manera que al llegar las víctimas a ésta segunda área en donde se van a concentrar los equipos asistenciales, exista ya un primer paso en la organización.

Antes de asistir hay que clasificar.

El área de socorro se sitúa limítrofe al área de salvamento, en realidad se emplaza entre la zona más dañada por la catástrofe y la zona más externa y tranquila. Es en esta zona donde se van a concentrar todos los recursos sanitarios y donde se van a llevar a cabo las tareas asistenciales.

Es un cinturón también de acceso restringido cuyo fundamento es preparar a las víctimas de la catástrofe para ser evacuadas a un centro sanitario en donde se realice una asistencia completa en función de sus lesiones. De ahí que se ubicará en un espacio abierto en donde se pueda crear un acceso rápido y permeable.

Los objetivos de la asistencia sanitaria ante una catástrofe son los siguientes:
  • Realizar una clasificación eficaz, rápida y sencilla de las víctimas (triage).
  • Proporcionar soporte vital básico (SVB) y soporte vital avanzado (SVA).
  • Facilitar la evacuación controlada a centros hospitalarios.
  • Realizar una distribución proporcionada a los centros sanitarios disponibles.
Desde esta zona se debe además asegurar una información adecuada entre el máximo responsable de los equipos sanitarios con el mando de la operación, para coordinar todas sus actuaciones.

En el área de socorro se van a desplegar diferentes estructuras, cuya principal característica es que pueden montarse en muy poco tiempo, para que se realicen las funciones del equipo sanitario en el menor tiempo posible; entre estas estructuras está el Puesto Médico Avanzado o Puesto Sanitario Avanzado, y además se crearán diferentes zonas en donde se distribuirá a las víctimas en función de sus necesidades, a los fallecidos, a las personas que no requieren asistencia, etc., de manera organizada. Los diferentes dispositivos desplegados los veremos más adelante en el apartado de despliegue.



Nociones básicas sobre la clasificación de víctimas: triage.

¿Cuándo debe realizarse entonces la clasificación de las víctimas? ¿En el momento del rescate o es en otro momento?

En la mayoría de las situaciones de catástrofe los recursos iniciales de los que se dispone son generalmente insuficientes para dar una respuesta individualizada a cada una de las víctimas, esto hace indispensable realizar, antes de asistir, una clasificación de las víctimas que permita ofrecer una atención sanitaria a cada una de ellas por orden de prioridad según sus prioridades de supervivencia, gravedad y posibles secuelas derivadas de la propia catástrofe.

El objetivo del triage es por tanto hacer una valoración rápida y eficaz de todas las víctimas derivadas de esa situación, para ordenar por prioridades la asistencia sanitaria, enfocada a proporcionar una situación suficientemente estable en la víctima para soportar la evacuación a un centro de asistencia sanitaria.

¿Quién va a realizar el triage?

El triage es un acto médico, por lo tanto, en el caso de que en el primer equipo que acceda al lugar exista este tipo de personal, será personal médico o personal de enfermería el que adquiera estas funciones, sin embargo, en muchos casos no es así, y los primeros en acceder al siniestro pueden ser miembros del equipo de rescate, técnicos en emergencias sanitarias o policías. En estos casos se considera que si este personal está cualificado para realizar el triage, debe ser el encargado de asumir esta tarea. De ahí que los métodos que se emplean para evaluar y clasificar los pacientes se caracterizan por ser métodos simplificados, fáciles de recordar, dinámicos y protocolizados, de cómoda aplicación.

Son numerosos los tipos de triage que existen actualmente, y generalmente cada organismo decide cuál utilizar. Entre los más conocidos están:
  • el método START (Simple Triage And Rapid Treatment),
  • SHORT (siglas de Sale caminando, Habla sin dificultad, Obedece órdenes sencillas, Respira, Taponar hemorragias),
  • SET (Sistema Español de Triage), etc.
En todos los casos se trata de evaluar básicamente si la víctima puede andar, si su función respiratoria es buena, se evalúa la perfusión sanguínea y una breve valoración de posible afectación neurológica.




La clasificación de las víctimas en el triage.

¿En cuántos grupos se clasifican las víctimas?
¿Qué elementos serán necesarios para poder hacer un triage?
¿Cuántas veces son evaluadas?

Se supone que la primera evaluación es muy rápida y el afectado podría evolucionar a mayor gravedad en los momentos posteriores a esta clasificación.

La clasificación de los heridos se realiza, al menos, en dos momentos diferentes de la catástrofe, inicialmente, se hace un primer triage básico en el área de salvamento (en muchos casos realizado por el propio personal de salvamento) que permite clasificar a las víctimas antes de acceder al área de socorro.

Y en una segunda ocasión, una vez ubicadas en un lugar seguro, y antes de ser asistidas por parte de los equipos sanitarios, las víctimas son reevaluadas mediante un triage más completo (en este caso realizado por personal sanitario) de manera que se confirme la primera clasificación, se detecten posibles modificaciones como consecuencia de su propia evolución y se valore el orden que van a seguir en el propio puesto médico avanzado para ser atendidas.

De modo general podríamos decir, que en cada etapa de asistencia a la víctima se le evalúa su estado para confirmar la clasificación hecha en el paso previo. Por lo que se puede reevaluar al salir del Puesto Sanitario hacia la evacuación, y a la entrada del centro asistencial.


La clasificación de las víctimas se realiza dividiendo a éstas en cuatro grupos, indicados generalmente por unas tarjetas que asignan un color diferente o un símbolo particular a cada uno de estos grupos, así se clasifican en:
  1. Rojo: son los de más prioridad, requieren actuación médica inmediata. Se trata de pacientes hemodinámicamente inestables, con compromiso respiratorio.
  2. Amarillo: son los de segunda prioridad, requieren asistencia, pero sus lesiones no son tan graves como para ser atendidas de forma inmediata. Se trata de pacientes estables hemodinámicamente, generalmente con lesiones por quemaduras o severos traumatismos.
  3. Verde: tercera prioridad, pacientes con lesiones menores cuya vida no peligra. Se caracterizan porque pueden caminar. Su asistencia puede llegar a demorarse horas.
  4. Negros: sin prioridad. Son personas fallecidas o con lesiones irrecuperables para la vida.

Aunque existe un material preparado específicamente para ser utilizado en el triage, en algunas ocasiones nos podríamos encontrar con una situación inesperada en donde debamos actuar y no dispongamos de este material, en estos casos habrá que hacer un ejercicio de adaptación a los medios a los que tengamos acceso, en algunos casos es suficiente con marcar con un rotulador a cada víctima, o señalarla con un trozo de tela, etc., es decir, habrá que adecuarse a la situación.

Debes saber:
  • En la película "Pearl Harbor" del director Michael Bay se puede ver en una de sus secuencias, cómo tras un ataque bélico se produce una avalancha de víctimas en el hospital que satura a los equipos asistenciales, en ese momento se realiza un triage improvisado para organizar la asistencia. En el siguiente video puedes ver la secuencia: 


Organización de los sectores asistenciales: área base.

No podemos limitarnos ha pensar que el rescate y la asistencia sanitaria son los dos elementos suficientes para garantizar una buena resolución de la catástrofe, ya sabemos que la organización de toda la emergencia se va a establecer desde un lugar concreto en donde se ha producido la catástrofe y se va dirigir por un único mando que será el responsable de todas las decisiones tomadas en este lugar.

En el área base se establece una estructura denominada Puesto de Mando Avanzado en donde se organizarán todas las actuaciones. El mando de la catástrofe generalmente es asumido por el máximo responsable de los equipos sanitarios, generalmente personal médico, y será la persona encargada de dirigir las actuaciones de todos los equipos de intervención y de coordinarse con los responsables que se encuentran en el centro coordinador.

En el puesto de mando avanzado están representados responsables de cada uno de los equipos que intervengan en esa catástrofe, para asesorar y organizar todas las actuaciones.

Junto con las funciones de mando y coordinación, el área base va a ser una zona de localización de todos los recursos disponibles, como vehículos pesados y ambulancias en espera para actuar. Y además, en el caso de que se trate de una catástrofe que va a necesitar de actuaciones por parte de los equipos, prolongadas en el tiempo, se deberán instalar dispositivos para el descanso del personal. Este tipo de instalaciones se situarán en esta zona, pues es la parte más segura de toda la sectorización.

El área base va a servir de punto intermedio en el comienzo de la evacuación que se realizará en el área de socorro, en concreto en el denominado Puesto de Carga de Ambulancias (PCAM), y los circuitos y accesos de entrada y salida de ambulancias que se crean en el área base. Se organizará la evacuación desde este punto, garantizando un circuito adecuado que evite colapsos y permitan un movimiento fluido de los vehículos de transporte sanitario.

La sectorización es un proceso fundamental para la resolución de las catástrofes, pero es evidente que cada tipo de catástrofe va a tener unas características particulares, de manera que esta distribución en áreas siempre se realiza, pero si la magnitud de la catástrofe es muy grande, los propios sectores pueden dividirse en subsectores para distribuir las funciones de forma más eficiente. Del mismo modo, el número de elementos desplegables en cada sector será también variable dependiendo de la dimensión.

Evidentemente en el caso, por ejemplo, de un seísmo con una repercusión muy grande que se extiende por toda una ciudad, la creación de varios puestos médicos avanzados será indispensable para garantizar la asistencia sin que ello suponga tener que desplazar continuamente recursos, personal y víctimas. Mientras que en un accidente con múltiples víctimas las dimensiones de los sectores y los elementos desplegables serán menores.



Elementos para la sectorización.

El proceso de balizar consiste en acotar o delimitar una zona concreta, de ahí que para indicar los sectores que anteriormente hemos descrito sea necesario balizar todo el terreno, creando las tres áreas principales. En cambio, señalizar es el proceso de indicar, mediante numerosos elementos disponibles una zona de peligro, un lugar de trabajo, etc.

Tanto los procesos de balizamiento como de señalización van a ser una tarea imprescindible en la organización de la zona donde se ha producido un incidente con múltiples víctimas o una catástrofe.

Tenemos que tener en cuenta que la ruptura de los medios va a hacer que estas zonas generalmente sean de difícil acceso, con déficit en la iluminación, lo que provoca más problemas para desarrollar un trabajo adecuado, y aumenta las posibilidades de que se produzcan accidentes secundarios, etc.

En general será muy importante delimitar las zonas de trabajo, facilitando la organización de los diferentes equipos de intervención, garantizar su seguridad indicando zonas de riesgos potenciales, aumentando la luminosidad, e indicando lugares donde se van a realizar tareas de rescate, señalar aquellas zonas donde puede haber víctimas y una vez realizado el rescate marcar lugares de ubicación de las víctimas.

Otro objetivo del balizamiento y de la señalización va dirigido a marcar accesos que permitan ordenar eficazmente el paso de los vehículos de transporte sanitario, realizando circuitos unidireccionales que garanticen una evacuación fluida, marquen a todos los técnicos de transporte los lugares de entrada y salida, sin que se produzcan colapsos, y facilite la evacuación en los diferentes niveles en los que ésta se realiza.


  • En el siguiente video puedes ver un dispositivo desplegable muy sencillo de montar que permite balizar y señalar una zona donde hay un vehículo estacionado en la vía, y que puede ser empleado en indicar accidentes, etc..


Elementos de balizamiento.

¿Qué elementos se utilizan para balizar?
¿Quién realizará este proceso?

El proceso de balizamiento, generalmente es competencia de la Fuerzas del Orden Público (F.O.P.), que utilizarán cintas perimetrales para separar las diferentes zonas. En el caso de que la llegada del primer equipo sanitario u otro equipo de intervención se produzca antes de que accedan las Fuerzas del Orden Público, este equipo será el responsable de marcar, con los medios de los que disponga, en muchos casos elementos de señalización, el área de impacto, fundamentalmente para evitar el acceso de otras personas o vehículos al lugar del incidente o de la catástrofe.

El proceso de balizamiento establecerá tres perímetros perfectamente indicados:
  1. Perímetro interno: delimitará el área de salvamento.
  2. Perímetro medio: delimitará el área de socorro.
  3. Perímetro externo: delimitará el área base.


Los principales elementos que se utilizan para balizar son:
  1. Cintas: Son varios los tipos de cintas que se emplean para delimitar los lugares de acceso restringido. Generalmente disponen de bandas transversales en color blanco y rojo, que advierten de que el acceso es restringido, y pueden llevar indicado un logotipo de algún organismo como de la policía, bomberos, etc.
  2. Pivotes, que en muchos casos pueden llevar incorporado algún dispositivo reflectante o luminoso. Se trata de elementos realizados en plástico con una forma que les permite ser almacenados sin ocupar mucho espacio, y con colores fuertes que faciliten su visualización.
  3. Dispositivos reflectantes: este tipo de elementos los podemos encontrar con numerosas formas, desde los triángulos reflectantes que se utilizan en la señalización de seguridad de vehículos, hasta otro tipo de marcaje reflectante para limitar una zona de acceso limitado.
  4. Dispositivos luminosos: generalmente se trata de lámparas de luz conectadas a generadores de electricidad. Este tipo de dispositivos permiten señalar y marcar las zonas de trabajo, facilitan la visibilidad tanto de los equipos de trabajo, como para el resto de las personas. También pueden emplearse balizas de xenon, avisadores luminosos que llevan incorporados señales acústicas, etc.


Elementos de señalización.

¿Y para señalar qué tipo de dispositivos utilizaremos?
¿Nos pueden servir algunos de los ya mencionados como elementos de balizamiento?

Efectivamente, la mayoría de los dispositivos de balizamiento son también de señalización, por ejemplo los dispositivos luminosos y los dispositivos reflectantes. Además se pueden utilizar otros, como dispositivos acústicos, emisores de señales, etc.

En la señalización debemos tener en cuenta que se trata de utilizar una serie de herramientas dirigidas, en este caso fundamentalmente, a identificar tanto las zonas de trabajo como a los propios trabajadores y trabajadoras, para aumentar las condiciones de seguridad.

Por tanto, se va a realizar la señalización:

  • De los equipos de intervención: es fundamental que los equipos dispongan de un equipamiento adecuado que les haga visibles y fácilmente identificables a gran distancia. Los equipos deben disponer de un uniforme idéntico que lleve incorporadas bandas reflectantes a diferentes alturas del cuerpo, además, cada una de las personas intervinientes deberá hacer uso de los equipos de protección individualizada, que entre otros elementos cuenta con casco y linterna que aumentan la posibilidad de ser visibles a más distancia.
  • De los lugares de trabajo: se utilizan lámparas que enfoquen el área de trabajo, permitiendo aumentar las horas de trabajo, incluso cuando sea de noche.
  • De accesos: se emplean los dispositivos de balizamiento para crear vías de entrada y salida para la evacuación, incorporando señales identificativas de sentido único, de acceso limitado a un tipo de vehículo, etc.
  • De víctimas: una vez realizado el rescate, las víctimas son ubicadas en un lugar seguro, en la mayoría de los casos estas víctimas han sido clasificadas en el primer triage y llevan incorporada una tarjeta identificativa. Para facilitar el acceso de los equipos sanitarios a las víctimas que deben ser tratadas con prioridad, en el lugar en el que se ubican se pueden utilizar diferentes elementos de señalización que indican donde están situadas cada una de ellas. En concreto se pueden utilizar banderines, con los mismos colores de las tarjetas de triage, que se colocan por zonas y que será el lugar concreto en donde se sitúen las víctimas clasificadas con ese color. En muchos casos las inclemencias meteorológicas no permiten el uso de banderines, y se utilizan lonas de colores que se ponen en el suelo y que marcan cada uno de los sectores.
  • De vehículos de emergencias: los vehículos llevan incorporados bandas reflectantes y dispositivos acústicos y luminosos que permiten indicar su ubicación y que son fácilmente visibles a varios metros del lugar de la catástrofe.




Estructuras desplegadas en los sectores asistenciales.

El despliegue es el proceso mediante el que se establecen las estructuras o dispositivos, sanitarios o no sanitarios, que son necesarios para la organización de los recursos materiales y humanos en cada área de trabajo.

Este proceso debe caracterizarse por realizarse de forma ordenada y organizada, en donde van a colaborar los diferentes equipos de intervención, con el fin de crear estructuras proporcionadas a la dimensión de la propia catástrofe. Como indicamos anteriormente, no en todos los casos será necesario desplegar todas las que vamos a estudiar, sin embargo, en grandes catástrofes será indispensable crear cada una de ellas e incluso a veces por duplicado, como por ejemplo instalar dos o más Puestos Sanitarios Avanzados.

¿Qué factores será necesario tener en cuenta para realizar el despliegue en un lugar adecuado?

Ya sabemos que una de las principales características de las catástrofes es que se produce un ruptura total de los servicios de que disponía esa comunidad para funcionar habitualmente, y que existe un peligro real en las proximidades de las catástrofes que debemos considerar antes de iniciar el despliegue de estructuras.

De ahí que antes de iniciar, de manera precipitada el despliegue, es fundamental evaluar el lugar para garantizar que este se realiza en un lugar seguro y adecuado para realizar las funciones oportunas.

De ahí que se deba considerar:
  • Seleccionar un lugar seguro y amplio.
  • Espacio que facilite la entrada y salida de los recursos necesarios.
  • Lugar resguardado de las inclemencias meteorológicas.
  • Espacio que facilite el acceso a suministros, en el caso de que se pueda disponer de ellos.
  • Si existe en las proximidades una instalación fija, como pabellones, naves industriales, etc., se puede hacer uso de ella para realizar en su interior el despliegue del dispositivo.



Estructura de mando: PMA.

¿Qué dispositivo se montará para ubicar el Puesto de Mando Avanzado?
¿Qué características debe tener para dar cabida a toda la estructura organizativa de las decisiones en el lugar de la catástrofe?

El Puesto de Mando Avanzado (PMA) es una estructura indispensable en la gestión y coordinación de las emergencias. El dispositivo que se despliega debe ejercer varias funciones, de ahí que se monten estructuras que generalmente cuentan con varios espacios diferenciados.

En general se debe disponer de un lugar de reunión desde el que se van a tomar las decisiones oportunas entre el mando y los responsables de cada equipo, también debe disponer de una zona en donde se realicen las tareas directas de operaciones, y un espacio reservado a comunicaciones, pues no podemos olvidar que el PMA será el punto de unión entre el lugar donde se ha producido la catástrofe y el centro coordinador.

Actualmente existen numerosos tipos de dispositivos de despliegue para crear el PMA, desde los más básicos, tipo tienda de campaña, hasta los más sofisticados como son camiones perfectamente creados para disponer de toda la infraestructura necesario. En todos los casos, igual que ocurre con el resto de los dispositivos, se trata de estructuras que se montan en sólo pocos minutos.

Las características generales del PMA son:

  • Estructura transportable.
  • Dimensión aproximada de unos 30m2
  • Equipos de comunicaciones.
  • Dispositivos de iluminación.




Estructuras sanitarias desplegables: PSA, PME y Hospital de campaña.

¿Cuáles son las estructuras que se despliegan en el lugar de la catástrofe para garantizar la asistencia sanitaria?
¿Es necesario en todos los casos montar un hospital de campaña?

El dispositivo esencial para garantizar la atención sanitaria es el Puesto Sanitario Avanzado, que deberá montarse en todos los casos. Sin embargo, la propia dimensión y evolución de la catástrofe será la que precise o no del despliegue de otro tipo de estructuras.

Esto ocurre fundamentalmente en los casos en que la dimensión en cuanto al número de víctimas es muy grande, o en los casos en donde las estructuras se vean seriamente dañadas, y no exista en un lugar relativamente próximo ningún centro asistencial al que derivar a los pacientes una vez estabilizados, y por lo tanto se necesita disponer de un hospital de campaña.
  • El Puesto Sanitario Avanzado (PSA) se caracteriza por ser una estructura desplegable, a modo de tienda de campaña, con una disposición que se monta a base de líneas inflables, donde el conjunto sea de bajo peso y fácilmente trasportable.
  1. El PSA se va a ubicar en el área de socorro y va a recibir a las víctimas desde el área de clasificación. En su interior se van a disponer zonas diferenciadas para cada grupo de víctimas en función de su gravedad, de manera que todas las clasificadas como rojo, y que necesitan de una atención inmediata se colocarán en un mismo lateral, y del mismo modo las víctimas de los otros grupos.
  2. El PSA suele ser transportado por un camión, incluso la propia estructura de éste puede ser empleada como parte del dispositivo. Debe disponer de material para la atención médica urgente en donde se disponga de medicación, fluidoterapia, material de inmovilización, etc.
  3. Los tiempos de montaje de este tipo de dispositivos pueden ser de unos 10 minutos, dependiendo de las propias características del elemento que se vaya a instalar.
  • El Puesto Médico de Evacuación (PME) es un lugar en donde se centralizarán las funciones de coordinación de la evacuación. Se trata de un lugar intermedio entre el PSA y el Hospital de Traslado, que realizará las funciones de concentración de pacientes para su ubicación hospitalaria y que además garantiza el mantenimiento de los cuidados que se les venían realizando desde el PSA. Este tipo de dispositivo no es necesario desplegarlo en todas las situaciones, sino que generalmente su uso se limita a aquellas catástrofes de grandes dimensiones en donde nos encontremos con un número elevado de víctimas que deben ser evacuadas.
  • Hospital de Campaña, se trata de un centro asistencial sanitario que su sitúa en las inmediaciones de una catástrofe cuando la dimensión de ésta ha afectado a los centros asistenciales cercanos, o su capacidad de asistencia es inferior a las demanda de la propia catástrofe. La principal característica de un hospital de campaña es que dispone de todos los elementos técnicos, materiales y personales para realizar atención médica inicial y seguimiento de las emergencias en periodos más prolongados. Para ello debe tener al menos autonomía total en periodos de 24 horas. En muchos casos dispone de unidades de cuidados intensivos que permite atender a un número importante de pacientes.




Otras estructuras desplegables o áreas de organización. 

Hemos visto hasta ahora que los dispositivos desplegados van dirigidos a la asistencia sanitaria y a la coordinación, pero ¿en qué lugar se ubican los fallecidos? ¿Y aquellas personas que no requieran asistencia sanitaria?

Para poder coordinar a todos los afectados se deben crear una serie de espacios que permitan un orden adecuado y sobre todo que evite que personas que no requieran asistencia estén deambulando por los diferentes sectores, con el riesgo que esto entraña. De ahí que se dispongan zonas concretas para organizar todo esto.

Las zonas que se disponen en el lugar de la catástrofe son:
  1. Nido de Heridos: lugar de ubicación de las víctimas una vez que han sido rescatadas por los equipos de salvamento. El objetivo fundamental de esta zona es garantizar la seguridad de todas las personas rescatadas y distanciarlas de la zona de impacto, que como ya dijimos anteriormente era una zona no segura. El nido de heridos se sitúa en el área de socorro, en un lugar limítrofe entre este área y la de salvamento, de manera que el acceso sea relativamente sencillo desde el lugar en el que han sido rescatadas las víctimas. Este espacio va a servir de paso intermedio entre el rescate y la asistencia sanitaria, y evita que se colapse el PSA, pues las víctimas ya clasificadas van a esperar a ser atendidas en este lugar, por estricto orden de prioridad. En el nido de heridos se puede ir colocando a las víctimas por zonas en función de la asignación hecha durante el primer triage.
  2. Área de clasificación: se trata de un lugar entre el nido de heridos y el acceso al PSA, en este espacio los equipos sanitarios reevalúan la situación de cada víctima antes de entrar en el PSA. En muchos casos este espacio prácticamente se limita a la puerta de acceso al PSA, y sólo en las grandes catástrofes tendrá una entidad mayor.
  3. Puesto de Carga de Ambulancias (PCAMB): área a la que llegan los vehículos de transporte sanitario para recoger a las víctimas que están preparadas para ser evacuadas. Este puesto se debe situar, siempre que sea posible, cercano al PSA, aunque debemos evitar que accedan simultáneamente muchos vehículos, pues esto colapsaría todas las vías de acceso. La mayoría de los vehículos estarán estacionados en el área base, y sólo unas pocas unidades irán accediendo al PCAMB, de manera que recojan al paciente y salgan rápidamente, permitiendo la entrada de nuevas unidades, con lo que se crea un circuito rápido y continuo para la evacuación.
  4. Redil: es el espacio situado en el área de socorro, donde se va a colocar a las víctimas de la catástrofe que no necesitan asistencia sanitaria. En principio se trata de personas, que si su evolución no empeora, podrán ser evacuadas en transporte no sanitario. En este lugar debe haber siempre personal cualificado para coordinar la salida y vigilar el estado de los que allí se encuentran por si alguna evoluciona mal y requiere asistencia. Deben disponer de material básico para curas.
  5. Morgue: espacio destinado a ubicar a quienes han fallecido. Se sitúa generalmente en el área de socorro, aunque si la situación lo permite habrá que distanciarlo del PSA.
  6. Áreas de descanso del personal: si la catástrofe se prolonga durante muchas horas e incluso días habrá que desplegar dispositivos para que los equipos de intervinientes puedan descansar, comer, etc. Este área se localiza en el área base, ya que se trata del lugar más seguro para el personal.





Establecimiento de la cadena de mando.

El establecimiento de un mando en la gestión de una catástrofe va a ser un elemento indispensable y fundamental para realizar un trabajo de calidad. Para garantizar un flujo adecuado de las órdenes, se establece un mando único que adquiere la máxima responsabilidad de las decisiones tomadas, pero que no trabaja de forma aislada, sino que va a contar con un equipo de profesionales en cada uno de los ámbitos de actuación de la catástrofe, es decir, responsable de los equipos de rescate, responsable de los equipos sanitarios, responsable de las fuerzas de orden público, etc., en función de quienes intervengan en esa situación en concreto.

Los objetivos de establecer una cadena de mando van dirigidos a:

  • Que exista una referencia de autoridad única que defina funciones, actuaciones, etc.
  • Responsables subordinados entre quienes se distribuyen las funciones, lo que facilita las actuaciones de cada cual y de los equipos a su cargo.
  • Permite a cada uno de los intervinientes conocer quién es su responsable directo de quien deberá recibir las órdenes concretas en su actuación, evitando órdenes cruzadas y contrapuestas.
  • Garantiza decisiones ordenadas y consensuadas, que se habrán tomado previamente entre el máximo responsable y los representantes de cada grupo.
  • Establece un único interlocutor entre el lugar de la catástrofe, mando del puesto de mando avanzado, y el centro de coordinación, que se encuentra ubicado en un lugar alejado de la propia catástrofe.

No podemos olvidar que la estructura de mando de la catástrofe no trabaja de manera aislada y toma sus propias decisiones, sino que existe una estructura directiva, ubicada en el centro de coordinación operativa, constituida por varios elementos operativos, de gestión y de coordinación de la crisis, que deben estar en continua comunicación con el Puesto de Mando Avanzado para coordinar todas las actuaciones, tal y como vimos en la unidad anterior.

Es por esto que podemos establecer una cadena de mando, que comenzaría por el máximo responsable de la gestión de la catástrofe, que sería el mando del centro de coordinación operativa (CECOP), y que se coordinará directamente con el máximo responsable de la gestión en el lugar de la catástrofe, el mando del Puesto de Mando Avanzado, a las órdenes del anterior.


De ahí, y como mandos subordinados, responsables de cada uno de los equipos nos encontraremos con:
  • Mando del Puesto Médico Avanzado.
  • Mando del Rescate y Salvamento.
  • Mando de la Evacuación.
  • Mando de Logística.
  • Mando de Seguridad.
  • etc.



Funciones del mando.

¿Qué funciones específicas realizará cada responsable de mando de cada grupo de intervención? ¿Cómo coordinarán sus actuaciones desde el lugar de la catástrofe y el centro coordinador?

Las funciones de cada mando están perfectamente delimitadas para evitar solapamientos en las actuaciones, además se debe asegurar una comunicación fluida, rápida y organizada entre el CECOP y el PMA, para tomar decisiones rápidas y adecuadas a los recursos disponibles y a las necesidades que demande la propia catástrofe.

  • Funciones del mando del CECOP:
El mando del centro de coordinador, generalmente es asumido por la persona que ejerza dirección del plan de emergencias que se haya activado, y suele ser la máxima responsable de la autoridad local competente en el área donde se ha producido la emergencia. En los casos en los que la dimensión de la catástrofe es muy grande, la propia jefatura del estado puede adquirir el mando de la situación.

Las funciones del mando del CECOP son:
  1. Recepción y evaluación de la información recibida desde el lugar de la catástrofe.
  2. Seguimiento de la evolución de la catástrofe.
  3. Coordinación de las actuaciones de los equipos intervinientes.
  4. Gestión de medios y recursos desplegables.
  5. Gestión de la información a prensa y población.
  • Funciones del mando del Puesto de Mando Avanzado (PMA):
La persona al mando del PMA será la máxima responsable del conjunto de procedimientos y actuaciones que se van a ejecutar en el mismo lugar de la catástrofe, deberá coordinar a los mandos de cada uno de los equipos de intervención, decidiendo, en base a lo planificado desde el mando del CECOP, las actuaciones de cada uno de los equipos.

Las funciones del mando del PMA son:
  1. Recoger órdenes del CECOP.
  2. Punto de enlace de la información entre el CECOP y los equipos de intervención.
  3. Identificar problemas que se deriven de la evolución de la catástrofe, e informar de ellos.
  4. Coordinación de las actuaciones de los equipos.
  5. Gestión de los recursos y medios desplegados.
  6. Supervisar las actuaciones.
  • Funciones del mando del Puesto Sanitario Avanzado (PSA) o Puesto Médico Avanzado:
La persona al mando del PSA será la máxima responsable en la zona de las actuaciones sanitarias que se realicen a las víctimas. El mando lo asume personal médico con conocimientos en la medicina de emergencia, que tendrá a su cargo a todo el personal sanitario que trabaje en el lugar de los hechos.

Las funciones del mando del PSA son:
  1. Establecer cuáles van a ser los recursos necesarios para realizar la asistencia sanitaria de
  2. todas las personas afectadas.
  3. Solicitar los recursos.
  4. Planificar las actuaciones de los equipos.
  5. Ordenar el triage.
  6. Planificar la ubicación del Puesto de Carga de Ambulancias.
  7. Decidir la ubicación de las estructuras sanitarias desplegadas.
  8. Coordinarse con el PMA para decidir las actuaciones en materia de asistencia sanitaria.



 

Funciones de los mandos subordinados.

¿Qué otros responsables van a intervenir en las decisiones y actuaciones de organización de la emergencia?

Además de las personas principalmente responsables de la gestión de la catástrofe, van a intervenir otros grupos que estarán dirigidos por una persona responsable de cada uno de ellos. Esto facilita que cada interviniente conozca perfectamente quién le proporciona las decisiones sobre sus actuaciones, evitando actuaciones duplicadas.

Dependiendo de la dimensión y extensión de la propia catástrofe, el despliegue será diferente, y por lo tanto aparecerá un mayor o menor número de mandos subordinados.

Entre los más habituales se encuentran:
  • El mando del Puesto Médico de Evacuación, coordinará todas las actuaciones referidas a la evacuación, desde el puesto de carga de ambulancias, hasta el centro asistencial donde sea evacuado.
  1. Deberá asegurar la disponibilidad de los dispositivos necesarios para el transporte sanitario, ya sean vehículos, helicópteros, etc. en función de las características de la zona y la gravedad de las víctimas.
  2. Organizará el circuito de evacuación de ambulancias, asegurando un movimiento fluido, sin que se produzcan colapsos. Es fundamental garantizar un acceso en un único sentido, evitando que los vehículos de transporte sanitario tengan que maniobrar para acceder o salir del lugar de la evacuación.
  3. En muchos casos, para realizar este tipo de actuaciones requerirá de la colaboración de los responsables de las fuerzas de orden público para gestionar mejor la evacuación.
  4. Recibirá la información, derivada desde el centro coordinador, de los centros asistenciales disponibles hacia los que se dirigirán las víctimas.
  5. Realizará las funciones de registro de las víctimas evacuadas, lugar de evacuación, hora, etc.
  • El mando de los Equipos de Rescate y Socorro, coordinará todas las actuaciones de los miembros de estos equipos, coordinados desde el PMA, y evaluará las características de la catástrofe "in situ" para determinar las necesidades que ésta demanda, qué tipo dispositivos serán necesarios para realizar sus funciones, dispositivos auxiliares, etc.
  • El mando de la Fuerzas del Orden Público, será el máximo responsable de las actuaciones de las fuerzas de orden público que se desplacen al lugar de la emergencia. Su función será la de coordinar todas sus actuaciones en base a las directrices recibidas por los mandos superiores. Su lugar de actuación no está tan delimitado como en el caso de los otros equipos, pues pueden ser necesarios en varios de los sectores antes mencionados. Sus funciones van dirigidas a garantizar la seguridad de la población evitando el acceso a aquellos lugares que entrañen un riesgo, y regulando los procesos de señalización y facilitando el acceso de los equipos de intervención.


Recursos personales en el área de trabajo.

Son muchos los dispositivos que se desplazan al lugar donde se ha producido una catástrofe, y la organización del personal es tan importante como el resto de elementos de organización. Entre los diferentes equipos de intervención, y siempre dependiendo de las características propias de la catástrofe, se van a encontrar equipos de bomberos, unidades especializadas en rescate, personal sanitario de emergencias, personal especializado en materiales peligrosos, personal de seguridad, etc.

La organización de este personal en cada uno de los sectores de la catástrofe va a ser:
  • Área de Salvamento:
  1. Bomberos.
  2. Unidad de Rescate.
  3. Equipos especializados en materias peligrosas.
  4. Personal para evacuación inicial al área de socorro (puede tratarse del mismo equipo que intervenga en el rescate).
  5. Equipos de seguridad.
  • Área de Socorro:
  1. Equipos de atención sanitaria.
  2. Personal para evacuación.
  3. Equipos de seguridad.
  • Área Base:
  1. Equipo de mando.
  2. Equipo de coordinación de evacuación.
  3. Personal de seguridad.



 

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