jueves, 31 de marzo de 2016

La regulación interna y su relación con el exterior.


La actividad endócrina

Un ejemplo de enfermedad endócrina crónica que requiere tratamiento permanente y medidas higiénico-dietéticas muy estrictas es la Diabetes. Es un trastorno que representa muy bien lo que entendemos por enfermedad sistémica, en el sentido de que les afecta la múltiples órganos. Puede provocar complicaciones al largo de la enfermedad, debido la que se trata de un trastorno crónico; pero ciertamente las complicaciones agudas pueden ser muy graves.

Salvo excepciones, la patología endócrina generalmente no es de atención urgente pero es muy importante conocer la función global del sistema endócrino, fundamentalmente porque controla las actividades que llevan a cabo otros órganos.

El sistema endócrino colabora con el sistema nervioso, y regula las actividades orgánicas; aunque su manera de actuar es distinto. El sistema nervioso emite impulsos sobre los órganos y estos responden de forma inmediata; mientras que el sistema endócrino lo hace produciendo sustancias, las hormonas, que son vertidas al torrente circulatorio para llegar a los tejidos diana, y desencadenan cambios en su actividad.


Las hormonas

Tal como se describió, el sistema endócrino está constituido por una serie de glándulas endócrinas, que producen hormonas y las vierten a la circulación sanguínea.

Generalmente las hormonas ejercen su acción sobre un órgano, lo cual responde a la acción hormonal, y por eso recibe el nombre de órgano diana.

Las hormonas son moléculas que actúan como mensajeros de una determinada información. Su acción sobre los tejidos diana se lleva a cabo cuando actúan sobre las células que disponen de receptores para reconocerlas. Y su intervención va a consistir en transmitir el mensaje al interior, con el objetivo de modificar la actividad celular.

Pero...
¿Como puede saber la glándula en que momento debe producirse y segregarse una hormona determinada?
¿Como sabe la cantidad necesaria que debe fabricarse?
¿Como sabe en que momento debe detenerse la producción?

El mecanismo de producción hormonal sigue siempre uno mismo proceso: la glándula recibe un estímulo nervioso o químico, que ponen en marcha a producción de la hormona. Esta hormona es vertida a la sangre, y a través de la circulación sanguínea llega hasta el órgano diana. Puedes seguir este mecanismo en el siguiente esquema:


En ocasiones, los propios niveles en sangre de la hormona que fue vertida detienen su producción. Otras veces, los efectos que genera la acción hormonal hacen que desaparezca o se modifique el estímulo que recaía sobre la glándula, y se interrumpe también la secreción de la hormona.

Este mecanismo se denomina retroalimentación o retroacción , que viene a describir un bucle de ida "y vuelta " en el que el propio proceso si autorregula. Es un mecanismo parecido a lo que pasa con los termóstatos que permiten controlar la temperatura de un local, ya que la propia temperatura que se consigue es la que regula la puesta en marcha y el cese del aparato.

Vamos a ver un ejemplo concreto para que resulte más fácil de comprenderlo:
  • Cuando ingerimos alimentos, la gran cantidad de glucosa en sangre estimula la producción de insulina por parte del páncreas. Esta hormona actúa sobre las células y facilita la entrada de glucosa en su interior. De esa forma, los niveles de glucosa en sangre irán disminuyendo, e irá reduciéndose el estímulo sobre el páncreas, y por lo tanto irá cesando la producción de insulina.
Este mecanismo puede fallar por diferentes causas, como por ejemplo, una falta de respuesta idónea de la glándula a los estímulos, o a las dificultades de fabricación de hormonas por falta "de materias primas". Estos trastornos producirán enfermedades, por hiperfunción (exceso de secreción hormonal) o por hipofunción (déficit de secreción hormonal) de la glándula.



Las glándulas

Estas características generales descritas hasta ahora verás como se concretan en las diversas glándulas que constituyen el sistema endócrino:

  • La hipófisis y el hipotálamo. 
  • El tiroides.
  • Las paratiroides.
  • Las gónadas, es decir, los ovarios en la mujer, y los testículos en el hombre.
  • Las suprarrenales.
  • Y el páncreas endócrino.
Cada uno de estes órganos elabora unas hormonas determinadas, con acciones muy específicas sobre un u otro tejido.

Es muy importante tener en cuenta que el sistema endócrino funciona de forma coordinada para que el medio interno se pueda ir adaptando a unas necesidades que están en constante cambio. Este control se ejerce fundamentalmente por dos órganos situados en la base del cerebro, el hipotálamo y la hipófisis, que actúan como directores de una "empresa organizada" en la que cada elemento tiene su función, pero todos ejercen su actividad de forma coordinada.

Es importante conocer la producción hormonal de estas glándulas:


GLÁNDULAS
HORMONAS
GLÁNDULAS
HORMONAS
Hipófisis-Hipotálamo.

  • Hormona del crecimiento.
  • Hormona tirotropa. 
  • Hormona adrenocorticotropa. 
  • Hormona estimulante de los folículos. 
  • Hormona luteinizante. 
  • Prolactina. 
  • Oxitocina. 
  • Hormona antidiurética. 
  • Hormona melanoestimulante

Tiroides
Tiroxina


Paratiroides
Hormona paratifoidea


Páncreas endócrino
  • Insulina
  • Glucagon


Suprarrenales
  • Aldesterona
  • Cortisol
  • Andrógenos


Ovarios
  • Estrógenos
  • Progesterona


Testículos
Testosterona
Aunque de entrada pueda parecer complicado, vamos a ver las glándulas y hormonas por partes para facilitarle su identificación. 


El eje hipotálamo-hipofisario

La hipófisis , también llamada glándula pituitaria, está situada dentro del cráneo, en un hueco del esfenoides. Recuerde que se trata de un hueso de la bóveda craneal.

La hipófisis segrega muchas hormonas, cuyas funciones es estimular la secreción de otras glándulas endócrinas. Podríamos decir que es la glándula de las glándulas.

Desde el punto de vista anatómico se distinguen dos porciones, que además ejercen funciones distintas:
  • La hipófisis anterior o adenohipófisis.
  • La hipófisis posterior o neurohipófisis.
En la hipófisis anterior se producen las siguientes hormonas:
  • Hormona del crecimiento o GH . Tal como su nombre indica, está relacionada con el crecimiento del individuo, y por eso se segrega en mayor cantidad en la infancia y la adolescencia..
  • Hormona tirotropa o TSH . Esta hormona actúa estimulando la actividad de la glándula tiroidea.
  • Hormona adrenocorticotropa o ACTH . Ejerce su acción sobre otra glándula, la suprarrenal, y estimula concretamente la corteza suprarrenal.
  • Hormona estimulante de los folículos o FSH. Favorece, en la mujer, el crecimiento de los folículos ováricos. Verás de que forma actúa y cuáles son sus efectos, más adelante, en el desarrollo del ciclo menstrual.
  • Hormona luteinizante o LH. Desencadena en la mujer la ovulación e induce los cambios del ovario en la preparación del útero para el embarazo. Verás más adelante cuál es su acción.
  • Prolactina. Hormona que estimula la secreción de leche en la mama.
  • Hormona estimulante de los melanocitos o MSH, que aumenta la producción de melanina, un pigmento que oscurece la piel protegiéndola de los rayos ultravioletas.


En la neurohipófise se producen dos hormonas:
  • Oxitocina. Hormona que provoca la contracción del útero durante lo parto y también la contracción de las glándulas mamarias para favorecer la salida de leche.
  • Hormona antidiurética o ADH , que estimula la reabsorción de agua en el riñón, y reduce el volumen de orina eliminado.
Ambas hormonas son producidas en realidad por el hipotálamo y almacenadas y vertidas por la neurohipófisis.

Toda la actividad hipofisaria está regulada por el hipotálamo. Por eso ambos órganos se relacionan bajo un término que constituye una unidad: eje hipotálamo hipofisario.

Las actividades que llevan a cabo el sistema nervioso central y el sistema endócrino se relacionan entre sí a través del hipotálamo. Este órgano, componente del sistema nervioso, ejerce de puente entre el sistema nervioso y el sistema endócrino. Eso explica que factores psicológicos, por ejemplo, puedan influir en la secreción de una u otra hormona.

El hipotálamo regula la función de la hipófisis mediante unas sustancias denominadas factores de liberación hipotalámicos y factores de inhibición hipotalámicos, que estimulan o frenan la secreción hormonal de la hipófisis. A cada una de las hormonas hipofisarias mencionadas le corresponde un factor de liberación y un factor de inhibición. El proceso mediante lo que se lleva a cabo este control está representado en el siguiente esquema.

Lo vamos a describir a manera de ejemplo:

El hipotálamo produce un factor liberador de la hormona tirotropa (TSH). La hipófise incrementa la secreción de esta hormona, que será vertida a la sangre y actuará sobre la glándula diana. La tiroides, al recibir la orden, produce hormonas tiroideas, que ejercerán su actividad sobre los órganos correspondientes.

Y por su vez, estas hormonas actúan mediante el mecanismo de retroacción, e informan al hipotálamo para que deje de producir factor liberador o, en algunos casos, que fabrique factor inhibidor; ya que el objetivo se consiguió, y a partir de ese momento es necesario frenar la producción de hormonas.


Tiroides y paratiroides

La glándula tiroides está situada en la base del regazo, a ambos lados de la tráquea.

Esta glándula produce fundamentalmente tiroxina, una hormona que regula la actividad metabólica del organismo.

Para la formación de hormonas tiroideas es necesaria la obtención de yodo, captado de la sangre. Por eso es imprescindible ingerir una cantidad suficiente de este mineral para mantener la actividad de la glándula tiroides.

La aportación de yodo se obtiene fundamentalmente del pescado. La cercanía al mar asegura en cierta forma las necesidades. ¿Te fijaste que la sal de cocina, en ocasiones, está suplementada con yodo? ¿Sabías que es por ese motivo?

Seguramente oíste hablar alguna vez del bocio, un aumento de tamaño de la glándula tiroidea, que es visible en la parte anteroinferior del regazo. Este engrosamiento se debe al intento de la glándula para elaborar la cantidad idónea de hormonas, cuando no hay suficiente yodo, debido al tipo de alimentación en algunas regiones geográficas, donde es escaso.

Otras enfermedades relacionadas con la actividad tiroidea son la hipofunción y la hiperfunción de la glándula. Recuerda que hipo- es un prefijo que significa disminución, e hiper- significa aumento.

El hipotiroidismo es una patología que se manifiesta con alteraciones en todo el organismo por falta de producción de hormonas tiroideas. Actualmente se trata administrando hormonas tiroideas, que sustituyen el déficit hormonal y resuelven las manifestaciones.

Por el contrario, el incremento de la secreción de hormonas tiroideas se denomina hipertiroidismo. De entre todas las alteraciones del sistema endócrino, es la segunda en frecuencia, después de la diabetes. Presenta una sintomatología muy variada que se manifiesta en general con una hiperexcitabilidade en todo el organismo: taquicardia, sensación permanente de calor, nerviosismo,...

Como puedes comprobar en la representación anterior, las paratiroides son dos pares de glándulas ubicadas en el tejido tiroideo.

Fabrican la hormona paratiroidea o PTH, cuya función es regular el metabolismo del calcio.

Esta hormona actúa sobre el hueso favoreciendo la liberación de calcio al torrente sanguíneo, y por lo tanto aumenta sus niveles en sangre. También actúa sobre el riñón y dificulta la eliminación de calcio a través de las orinas.

¿Le parece que una producción exagerada de esta hormona, un hiperparatiroidismo, provocaría fragilidad de los huesos y litiase renal?


Las gónadas

Recuerda que las gónadas son las glándulas sexuales del hombre y la mujer. Si nos referimos a las gónadas femeninas, estamos hablando de los ovarios; y se lo hacemos de las gónadas masculinas, hablamos de los testículos.

La función endócrina de las gónadas está relacionada inicialmente con el desarrollo de los órganos genitales y los carácteres sexuales, y más adelante con las funciones del organismo que intervienen en la actividad sexual y la reproducción.

Los ovarios son dos órganos situados a ambos lados del útero, que poseen una doble función:
  • reproductora 
  • y endócrina. 
La función reproductora consiste en la producción de óvulos, proceso que veremos más adelante.
La función endócrina se encarga de producir las dos hormonas sexuales femeninas: estrógenos y progesterona.
  • Los estrógenos participan en el desarrollo de los órganos genitales y el mantenimiento de las características sexuales secundarias, como la distribución del pelo corporal, el desarrollo de las mamas etc.; y además actúan sobre los órganos reproductores al largo del ciclo menstrual.
  • La progesterona actúa especialmente sobre el útero y las glándulas mamarias, preparándolos para el embarazo.
Las gónadas masculinas, los testículos son dos órganos situados en el interior de una bolsa en la región inguinal, denominada escroto. Poseen también una doble función, reproductora y endócrina.

La función reproductora consiste en regular la actividad del aparato genital, fundamentalmente la producción de espermatozoides, mientras que la función endócrina consiste en la producción de testosterona, la hormona sexual masculina.

La testosterona actúa sobre los testículos y favorece el desarrollo de espermatozoides. También es responsable de los cambios que se producen en la pubertad, como el desarrollo de los genitales externos, el crecimiento del pelo corporal o el cambio en el tono de la voz.


Las suprarrenales

Las glándulas suprarrenales son dos órganos ubicados, tal como indica su nombre, arriba de cada riñón, como una capucha.

Si se realiza un corte, se distinguen claramente dos partes, la corteza exterior y la médula interior, que constituyen en realidad dos glándulas diferentes ya que tienen distinta función endócrina.

La corteza suprarrenal constituye el 90% de la glándula. Elabora varias hormonas, a partir de una misma sustancia, el colesterol, entre las que destacan:
  • La aldosterona , que actúa a nivel renal absorbiendo sodio y, de forma indirecta, también agua.
  • El cortisol, que interviene en el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Tiene además un efecto antiinflamatorio, que se aprovecha en algunos medicamentos, precisamente derivados del cortisol, y que se utilizan para tratar inflamaciones y alergias.
  • Los andrógenos, que son las hormonas que estimulan el desarrollo de las características sexuales masculinas. En el hombre estas hormonas también son sintetizadas en los testículos. En la mujer la secreción de andrógenos queda "contrarrestada" por las hormonas sexuales femeninas, pero después de la menopausia, al desaparecer estas, son visibles algunos de estos carácteres masculinos, como por ejemplo el pelo facial.
  • La médula suprarrenal, en el centro de la glándula, está muy relacionada con el sistema nervioso. Produce dos hormonas muy parecidas, la adrenalina y la noradrenalina, que provocan en el organismo una reacción generalizada para responder a situaciones de alarma: aumenta la frecuencia cardíaca, activa el sistema nervioso central, favorece el riego sanguíneo, la musculatura, etc.

Insulina y diabetes

El páncreas está situado en la parte superior de la cavidad abdominal, en una posición transversal (es el órgano amarillo de la figura), debajo del estómago.

Es una glándula mixta, ya que también tiene función exocrina, con secreción externa, tal como se describió en el aparato digestivo. Recuerda que también produce zumo pancreático, con algunas enzimas que colaboran en la digestión.

La porción endócrina del páncreas, el páncreas endócrino, proporcionalmente mucho menor, la constituyen unas agrupaciones celulares que se distribuyen en todo el órgano y se denominan islotes de Langerhans . En esta zona se producen dos hormonas, la insulina y el glucagón.

La insulina facilita la entrada de glucosa en el interior de las células. Por eso se dice que mantiene constante a glucemia , el nivel de glucosa en sangre.

En este caso, la secreción de insulina no dependerá del estímulo de la hipófisis, sino de la ingestión de alimentos y del propio nivel de glucosa en sangre.

Otra hormona pancreática, el glucagón, tiene un efecto contrario al de la insulina, ya que aumenta la glucemia. En realidad, ambas hormonas actúan coordinadamente, y la glucemia dependerá del equilibrio entre las dos hormonas.

Cuando el páncreas no segrega suficiente insulina o cuando las células del cuerpo no responden bien a la insulina circulando, se produce una enfermedad, muy común e importante, llamada diabetes mellitus. Recibe este nombre por el sabor dulce, como miel, de las orinas de los enfermos, ya que contiene glucosa.

La diabetes es una enfermedad crónica que le afecta a un 5% de la población, aunque en algunos casos puede no dar síntomas y por lo tanto pasar inadvertida. Por eso es muy importante detectar el trastorno mediante exámenes rutinarios.

La enfermedad se debe al déficit de secreción de insulina o a la dificultad en los tejidos para responder al estímulo de esta hormona. Eso origina alteraciones en muchos de ellos en el metabolismo, pero fundamentalmente se detectará por el incremento de los niveles en sangre de glucosa.

Segundo sea el origen y también la evolución de la enfermedad, existen diferentes tipos de diabetes.

La diabetes puede tener múltiples causas, pero la obesidad juega un papel muy importante en el desarrollo de la enfermedad. Casi tres cuartas partes de los casos de diabetes están relacionados con este factor desencadeante.

Básicamente debe conocer dos tipos de diabetes:
  • La diabetes mellitus de tipo I, la menos frecuente y la más grave, ya que sin tratamiento puede causar la muerte. Presenta algunas características que la distinguen de las demás, como por ejemplo que suele manifestarse alrededor de los 10 o 12 años o que requiere de la administración externa de insulina inyectada ya que la producción es prácticamente nula.
  • La diabetes mellitus de tipo II, le corresponde al 90% de los casos, y es una forma menos grave, con menor tendencia a desarrollar complicaciones agudas, aunque las complicaciones a largo plazo son muy frecuentes. En este caso, la enfermedad suele iniciarse a partir de los 40 años y generalmente no requiere de la administración de insulina ya que puede controlarse mediante la dieta y otros medicamentos. Además, tiene un componente hereditario importante.
Las manifestaciones de la diabetes son consecuencia del exceso de glucosa en la sangre y de la ausencia de esta en el interior de las células.

El aumento de la glucemia desencadena una eliminación de glucosa a través de las orinas y este proceso arrastra también agua. Por consiguiente hay una mayor eliminación de orina, una poliúria, y debido a eso, a la pérdida de agua, aumenta la sensación de sed permanente.


La ausencia de glucosa en el interior de las células hace que exista también un apetito exagerado, que sorprende, ya que generalmente hay pérdida de peso por el intento de obtención de energía a partir de las grasas.

Cualquier tipo de diabete puede descompensarse de forma brusca y originar complicaciones agudas muy graves que pueden poner en peligro la vida, como el Coma. Pero también son importantes las manifestaciones tardías de la enfermedad, las que aparecen como resultado de la evolución crónica de la enfermedad si no fue controlada y tratada adecuadamente, como la pérdida de visión, la insuficiencia renal, los problemas vasculares y nerviosos etc.



La reproducción

No pasa a diario que tengas que atender un parto como emergencia, pero todo profesional sanitario debe tener una noción clara de aquello que debe y no debe hacerse ante una situación de este tipo.

Ciertamente la atención al parto normal es una situación que debe ser conocida por parte de cualquier sanitario, ya que en condiciones normales, no va a representar mayor problema que "acompañar" con algunas maniobras el proceso natural. Aunque en este caso sería muy importante además, cuidar el estrés que supone para la madre esa situación inesperada.

Sobre las fases del parto y el desarrollo del embarazo hay que conocer, sin entrar en demasiados detalles teóricos, aquello que realmente sea útil para resolver un parto inminente, pero también es importante conocer algunas de las patologías más frecuentes del aparato reproductor.

Es necesario conocer las características anatómicas y funcionales de los órganos para poder comprender la patología.

Vamos a describir los órganos genitales masculinos y femeninos, así como su actividad en relación a la reproducción.

Es una epígrafe que además le va a permitir comprobar los efectos de la actividad hormonal y por lo tanto, las relaciones con el sistema endócrino.


Los genitales femeninos

El sistema reproductor de la mujer está constituido por dos ovarios, dos trompas, el útero, la vagina, y los genitales externos, sin olvidar además las glándulas mamarias.


Los ovarios son las gónadas femeninas que, tal como se mencionó en el sistema endócrino, tienen una doble función, la producción de hormonas y la fabricación de células sexuales femeninas.

Están situados nos extremos laterales de la cavidad pélvica, suspendidos y fijados mediante ligamentos.

Cada ovario contiene desde el nacimiento centenares de miles de folículos primarios, que son los precursores de los futuros óvulos que se formarán cada mes durante la época reproductiva de la mujer. Vas a ver la puesta en marcha de este proceso más adelante.

Las trompas uterinas o trompas de Falopio son dos conductos que se extienden desde el útero hacia los laterales de la cavidad pélvica. Los extremos libres se abren, como un embudo, cerca de los ovarios, para recoger el óvulo que fuera expulsado del ovario y desplazarlo hacia el útero.

La ligadura de trompas, es un procedimiento quirúrgico sencillo para evitar la concepción, que consiste en seccionar y ligar las dos trompas uterinas. Mediante esta intervención queda bloqueado el paso del óvulo hacia el útero y también lo de los espermatozoides que ascendieron, y se impide el contacto entre ambos dos. La actividad sexual y la menstruación no se ven alteradas ya que únicamente se impide la fecundación.


El útero o matriz es un órgano hueco, con forma de pera invertida, situado en la cavidad pélvica, dorsal a la vejiga urinaria y ventral al recto.

Es el órgano de la gestación. La porción principal, donde crece el feto hasta el momento del parto se denomina cuerpo y la porción inferior, más estrecha, es el cuello del útero o cérvix, que comunica con la vagina.

La pared del útero es muy gruesa ya que dispone de una gran capa muscular, el miometrio, imprescindible para llevar a cabo las contracciones uterinas que van a hacer posible a expulsión del feto en el parto.

En su interior, el útero está tapizado por una capa mucosa, el endometrio, del cual describiremos más adelante los cambios que experimenta periódicamente, preparándose para un posible embarazo.

La vagina. Se descendemos hacia el exterior, el último órgano interno de los genitales femeninos es la vagina.

Independientemente de su situación, en algunos casos se considera un órgano genital externo, ya que las características del tejido que tapiza su interior se parecen mucho más a las de los genitales externos.

La vagina es el conducto que comunica el útero con el exterior y está ubicado dorsal a la uretra y a la vejiga urinaria y ventral al recto. El orificio externo de la vagina se localiza entre los labios menores, por la espalda del orificio de la uretra, tal como puedes observar en la imagen superior.

Es el órgano de la copulación, y en su interior se deposita el semen, y también es el último fragmento del canal del parto.

Los genitales verdaderamente externos comprenden una serie de órganos que, en conjunto, reciben el nombre de vulva.

Es importante que reconozcas fundamentalmente los repliegues de piel, denominados labios mayores y labios menores, así como el clítoris, un pequeño órgano de tejido eréctil que genera placer con la estimulación.

Por último, recordar que también las glándulas mamarias son órganos que intervienen en la reproducción, por su función en la lactancia. Además, su desarrollo en la pubertad constituye un carácter sexual secundario.

Las mamas están constituidas por tejido adiposo, tejido glandular, con capacidad para segregar leche, y conductos excretores que se abren en el pezón, una prominencia que está rodeada por un círculo pigmentado, llamado auréola mamaria.

Durante el embarazo se van a producir cambios con el objetivo de preparar las mamas para la secreción de leche. Y después del parto van a intervenir dos de las hormonas hipofisarias que se mencionaron ya en el sistema endócrino. Recuerda, por un lado, la prolactina, que favorecía la producción de leche; y por otro, la oxitocina que facilitaba su salida al exterior a través del pezón.


El ciclo menstrual

La función reproductiva de todos los órganos que se describieron hasta ahora requiere una compleja preparación. Es necesario activar los ovarios para que liberen óvulos y también deben generarse unas condiciones excelentes en el útero para que, si el óvulo es fecundado, pueda desarrollarse un feto.

Este proceso se inicia en la pubertad, y se repite de manera cíclica hasta la menopausia, momento en que cesa la actividad reproductiva de la mujer.

El ciclo menstrual corresponde la cada fase periódica en la que las características y la actividad del aparato genital femenino se modifican ciniclamente.

Tal como se comentó en la descripción anatómica del ovario, en el momento del nacimiento estos órganos están repletos de folículos primarios, precursores de células sexuales femeninas, aproximadamente unos 400.000. Estos folículos primarios se mantienen inactivos durante la infancia, hasta que, en la pubertad y por la activación del eje hipotálamo-hipofisario, ponen en marcha una maduración cíclica de estos folículos, que se mantendrá al largo de toda la etapa reproductora. Es importante que recuerde la acción del hipotálamo y la hipófisis.

El proceso de maduración es regulado por dos hormonas de la hipófisis, la FSH y la LH, que se segregan de forma cíclica aproximadamente cada 28 días. Cada ciclo se inicia con un aumento de la producción de FSH, que va estimulando la maduración en el ovario de unos 20 folículos primarios y en ese proceso de desarrollo comienzan a producir estrógenos.

El crecimiento de los folículos hace que se incremente progresivamente la producción de estas hormonas.

Cuando la secreción de estrógenos alcanza un determinado nivel, la hipófisis comienza a segregar LH, que estimula la maduración completa de un folículo primario, denominado folículo de De Graaf, que contiene en su interior el óvulo. De todos los folículos primarios que inician la maduración en cada ciclo únicamente llega a madurar uno, mientras que el resto de los folículos se detienen en algún momento del proceso y posteriormente degeneran hasta desaparecer.

Hacia el día 14, la LH favorece el desplazamiento del folículo hacia la superficie del ovario, la ruptura de este y el desprendimiento o salida del óvulo. Este proceso es la ovulación.

Una vez se produjo la ruptura del folículo y salió el óvulo del ovario hacia las trompas, la LH mantiene y transforma los restos de esa envoltura folicular en una estructura, denominada cuerpo lúteo o amarillo, que comienza a segregar progresivamente progesterona.

Así, en los primeros 14 días del ciclo, en la primera mitad, justo hasta de la ovulación, las hormonas sexuales predominantes son los estrógenos; mientras que en la segunda mitad, a partir de la ovulación, la secreción de estrógenos va reduciéndose y se inicia la producción de progesterona.


Observa, según la representación gráfica, que la primera mitad del ciclo se denomina fase folicular, ya que hay crecimiento de los folículos, y la segunda mitad del ciclo se denomina fase lútea, ya que únicamente hay actividad del cuerpo lúteo en el ovario.

Estrógenos y progesterona actúan sobre lo endometrio y preparan para recibir en condiciones excelentes el eventual óvulo fecundado. El endometrio aumenta de grosor, se nutre, prepara sus glándulas...

La hipófisis únicamente segrega LH durante unos 10 días. Posteriormente si no se produjo fecundación, el cuerpo lúteo o amarillo pierde actividad, ve atrofiándose hasta convertirse en una estructura inactiva, el cuerpo albicans o blanco, que remata siendo únicamente una cicatriz en el ovario.

Al final del ciclo, las secreciones de estrógenos y progesterona cesan y eso provoca una contracción de los vasos sanguíneos que se desarrollaron en el endometrio. Se produce una disminución de la aportación sanguínea y la mucosa se desprende, con el cual quedan a cielo abierto los vasos sanguíneos y aparece una hemorragia.

Este proceso se denomina menstruación o regla, que consiste en la pérdida de sangre y de restos de tejidos que son expulsados al exterior. Tiene una duración de 3 a 7 días, y al final de esta fase se elimina toda la parte superficial del endometrio.

Finalizado el ciclo, los niveles de hormonas sexuales en sangre son bajos. El hipotálamo detecta los niveles de estrógenos circulantes en sangre y "comprende" que el ciclo remató y es necesario poner de nuevo otro ciclo en marcha. Produce entonces un factor liberador de FSH, que actuará sobre la hipófisis estimulando la producción de FSH, la hormona que desencadena la maduración de los folículos ováricos.

Al iniciarse el nuevo ciclo, los estrógenos producidos por los folículos primarios que inician su maduración, hacen que se forme un nuevo epitelio en el útero. El endometrio regenera de nuevo... y así repetidamente cada 28 días.

Una mujer con una etapa reproductora de 35 años repitió casi 500 veces el mismo proceso (el hombre, en cambio produce espermatozoides de forma continuada desde lo inicio de la pubertad). Esta actividad cíclica se mantiene regularmente y, en condiciones normales, sólo es interrumpida por los embarazos que puedan producirse.


Pubertad y menopausia
Los cambios de la pubertad se inician entre los 8 y 12 años en las niñas, y entre los 10 y 14 años en los niños; aunque la edad de inicio puede depender de muchos factores, como por ejemplo factores genéticos hereditarios, características de la alimentación (por exceso o defecto) etc.

Por mecanismos aún poco conocidos se activa una especie de reloj biológico que ponen en marcha la actividad del hipotálamo, lo cual estimula, por su vez, la producción de hormonas de la hipófisis, concretamente las que actúan sobre las gónadas (ovarios y testículos).

Este estímulo desencadena la producción de hormonas sexuales (sobre todo estrógenos por parte del ovario y andrógenos por parte de los testículos) que van a ser las responsables de los cambios anatómicos y fisiológicos en los órganos genitales; así como de la aparición de los cambios físicos, conocidos como carácteres sexuales secundarios.

Estos cambios son todas aquellas características distintivas del organismo femenino y masculino que no tienen relación directa con la reproducción; es decir, aquellas diferencias entre sexo, a la margen de los órganos genitales.

Los cambios físicos en las niñas son:
  • el aumento de tamaño de las mamas, 
  • la aparición de pelo en el pubis y en las axilas, 
  • la formación de depósitos de tejido graso en las nalgas, que junto con el aumento de tamaño de la pelvis modelan la característica silueta femenina. 
  • También se va a producir el aumento de volumen y la maduración de los genitales. A partir de este momento comienza la etapa reproductora y por consiguiente aparece la primera menstruación, la menarquia.
En los niños los carácteres sexuales secundarios son:
  • el aumento de tamaño de los testículos y el pene, 
  • la aparición de pelo púbico, axilar y facial, 
  • el cambio en el tono de la voz 
  • y el aumento de la masa muscular. Asimismo, comienza la función testicular reproductora y la aparición de las primeras eyaculaciones.

En la mujer llega un momento que los ciclos ováricos se interrumpen y se presenta la menopausia (término que se refiere estrictamente a la última regla, a pesar de que se utiliza para designar todo el período en el que cesan las reglas y aparecen los efectos de la ausencia de hormonas ováricas, para lo cuál el término acomodado es climaterio). De esta forma, hacia los 50 años, finaliza la etapa reproductora de la mujer.


Embarazo y parto

La gestación y el parto son dos epígrafes extensas, pero lo describiremos en terminos generales ambas situaciones, para después utilizar un recurso visual sobre el parto que te resulte fácil su comprensión.

Desde el momento en que el óvulo es liberado del ovario conserva la capacidad de reproducirse durante 24 horas. Y por lo tanto, dado que la ovulación se produce aproximadamente cada 28 días, sólo hay un período de 24 horas cada cuatro semanas en la que la fecundación es posible.


Sabiendo que los espermatozoides pueden vivir hasta 72 horas en el interior del aparato genital femenino, existe posibilidad de fecundación con las actividades sexuales mantenidas desde tres días antes hasta un día después de la ovulación. Lée de nuevo esta secuencia para comprender exactamente lo que significa. 

La fecundación del óvulo, es decir, la penetración de un espermatozoide en el interior del óvulo se lleva a cabo en las trompas de Falopio. El óvulo fecundado se desplaza a través de las trompas hasta el útero, durante aproximadamente cinco días y en este tiempo se llevan a cabo los primeros procesos de división celular que darán lugar al embrión.


Esta estructura permanece libre en el interior de la cavidad uterina durante dos o tres días y se implanta, adhiriéndose, fijándose, a la pared uterina alrededor del sexto o séptimo día de la fecundación.


Una vez implantado, el embrión produce la hormona gonadotropa coriónica (HGC) que actúa sobre el cuerpo lúteo del ovario aumentándolo de tamaño, es el cuerpo lúteo del embarazo, lo cual mantendrá la secreción de progesterona al largo del embarazo para disponer de un endometrio en condiciones excelentes.

La prueba "del embarazo" que se realiza en fases tempranas para verificar la sospecha se basa en la detección de la HGC. Los métodos disponibles son eficaces prácticamente desde los días siguientes a la falta de la regla, ya que en aquellos momentos el óvulo fecundado ya está implantado en la pared uterina y comenzó la producción de HGC. La detección se realiza en orina, ya que se elimina por esta vía.

Los niveles permanentemente altos de hormonas ováricas durante la gestación hacen que el hipotálamo no libere factores activadores de la hipófisis, la secreción de FSH y LH estará parada y consecuentemente los ciclos ováricos interrumpidos.

Después del parto, al eliminarse la placenta, los niveles de HGC se reducen rápidamente y por lo tanto el cuerpo lúteo del embarazo que se había desarrollado pierde el estímulo que lo mantenía y se convierte en cuerpo blanco. Al desaparecer, disminuirán también los niveles de progesterona que producía y eso hace que los cambios generados durante el embarazo se restablezcan. Se vuelve a iniciar el ciclo ovárico, por activación de las hormonas hipofisarias, y el endometrio que recubre el interior del útero se regenera.




Como sabes el tiempo de gestación es de 9 meses, aunque en realidad es más correcto hablar de 38-40 semanas a partir de la fecha de la última regla.

Durante el primer trimestre, en el período embrionario, va a producirse el desarrollo de los órganos y de la forma corporal. Este es un período crítico, ya que el embrión es muy vulnerable a todas las influencias nocivas. Por eso son relativamente frecuentes los abortos espontáneos en esta fase, cuando el embarazo, por el motivo que sea, no es viable.

A partir del tercer mes, ya en el período fetal, se produce el crecimiento paulatino del feto en el interior de la cavidad amniótica, un saco que contiene líquido para protegerlo de traumatismos externos. La nutrición se produce gracias al cordón umbilical, que pasa entre la placenta y el feto y
proporciona el oxígeno y los nutrientes necesarios.

Después del período de gestación se produce el parto, gracias a las contracciones de la musculatura uterina, y se distinguen fundamentalmente dos fases:
  • Fase de dilatación, que dura varias horas, en la que aparecen las contracciones uterinas, el bebé va abriéndose paso a través del canal del parto y se produce la ruptura de las membranas que da lugar a la eliminación del líquido amniótico.
  • Fase de expulsión, mucho más corta, que consiste en la salida del bebé por el orificio vaginal y tras el pinzamento y corte del cordón umbilical se expulsa también la placenta.
El período posterior al parto se denomina puerperio, una época en la que se restablecen las características anatómicas y funcionales de los órganos que intervinieron en el desarrollo del embarazo, y que tiene una duración que oscila entre las 5 y 7 semanas posteriores al parto.

                                   



La patología genital femenina

Los trastornos y enfermedades del aparato genital femenino pueden causar diversas manifestaciones pero las más importantes, por su frecuencia, están relacionadas con el sangrado menstrual.

Son habituales las alteraciones en las hemorragias menstruales, por una pérdida abundante de sangre o por una duración excesiva de la regla.

De todas formas, los sangrados más importantes desde el punto de vista de la patología genital son aquellas pérdidas de sangre, irregulares o continuas, que se prolongan durante tiempo y alteran el ritmo menstrual normal. Este tipo de hemorragia recibe el nombre de metrorragía.

Existen múltiples patologías que pueden causar metrorragía, pero con frecuencia tienen su origen en enfermedades del útero, de tipo tumoral o inflamatorio.

Otro signo que acompaña muchas enfermedades infecciosas genitales es el incremento del flujo vaginal o leucorrea. Las infecciones de la vulva, la vagina y el cuello del útero provocan un incremento de las secreciones vaginales, que además modifican su aspecto y consistencia. Verás más adelante, en algunas de las enfermedades de transmisión sexual, las características específicas que pueden presentar.

Cabe mencionar también el dolor, en forma de dismenorrea, que se refiere a una menstruación dolorosa, o en forma de dolor pélvica intensa, que puede acompañar a las inflamaciones de los órganos reproductores y la otros trastornos de mayor gravedad.

El diagnóstico de las enfermedades de los órganos reproductores de la mujer es sencillo, en buena parte de los casos. Las exploraciones periódicas, recomendables para todas las mujeres, incluyen algunas técnicas sencillas que permiten el diagnóstico, y también la detección precoz, de algunas de las enfermedades más frecuentes e importantes del aparato reproductor.

Las exploraciones ginecológicas rutinarias incluyen:

  • La exploración vaginal, que consiste en inspeccionar y palpar la vagina para observar alteraciones en este órgano y en el cuello del útero, así como nos órganos vecinos.
  • La colposcopia, que es el examen de la vagina y del cuello del útero mediante un aparato óptico dotado de un sistema de iluminación, que permite identificar zonas de la mucosa alteradas y tomar muestras.
  • El frotis vaginal o prueba de Papanicolau, que es un examen al microscopio de una muestra de células escamadas que se obtuvieron de la vagina y del cuello del útero. Esta prueba permite visualizar microorganismos, en caso de infecciones genitales, y también detecta la presencia de células cancerosas, incluso antes de que existan lesiones visibles.
  • La mamografía y la ecografía de mama, que son exploraciones que se utilizan también de forma rutinaria para detectar tumores benignos y/o malignos de mama.

El cáncer de mama y de cérvix

Aunque, afortunadamente, existe mucha patología benigna en el aparato genital es importante detenernos en dos tumores malignos muy frecuentes en la mujer: especialmente el cáncer de mama, y también el cáncer de regazo de útero o de cérvix.


- El cáncer de mama es el más frecuente en nuestro ámbito. Se calcula que lo padecen en algún momento de la vida más del 10% de las mujeres, aunque el diagnóstico precoz y los avances en el tratamiento están permitiendo disminuir mucho la mortalidad por esta causa.

Se desconoce la causa directa que origina el crecimiento anormal de un grupo de células, pero su aparición está asociada a algunos factores de riesgo, como por ejemplo la herencia. Los estudios estadísticos demostraron que el cáncer de mama es más frecuente en las mujeres de familias en las que hubo otros casos de esta enfermedad.

El cáncer de mama no suele generar ningún tipo de trastorno al inicio de su desarrollo, únicamente puede percibirse si se palpa la mama. Por eso son tan importantes la autoexploración y los controles ginecológicos periódicos.

- El cáncer de cérvix es un tumor maligno que se presenta en mujeres de entre 40 y 55 años y está muy relacionado con la infección por el virus del papiloma humano (VPH), que se transmite por vía sexual.

Las manifestaciones más comunes del cáncer del cuello de útero son el flujo vaginal acuoso y rosado, o la pérdida de sangre vaginal, la metrorraxia.

Es importante su detección precoz, por los métodos rutinarios utilizados en los controles ginecológicos, ya que tiene muy buen pronóstico si se diagnostica y se trata en fases tempranas.

Actualmente se está introduciendo la vacuna contra el VPH en las preadolescentes de entre 11 y 14 años, cuando no iniciaron aún las relaciones sexuales. Pero es importante saber que, aunque la eficacia parece ser alta, no debe sustituir las revisiones ginecológicas, ya que estas constituyen el único método fiable para el diagnóstico de la enfermedad.


Los genitales masculinos

Después de reconocer las características anatómicas y fisiológicas del sistema reproductor femenino, vamos a ver el equivalente en el hombre.

Los órganos genitales masculinos son dos testículos, los conductos que salen de ellos, las glándulas accesorias y el pene.

- Los testículos (recuerde que también pueden llamarse gónadas masculinas) son dos órganos de forma ovoide, que están contenidos en una estructura en forma de bolsa denominada escroto.

En la descripción del sistema endócrino se mencionó la función hormonal de estes órganos pero ahora le interesa conocer la función reproductora, que consiste en producir espermatozoides, las células sexuales masculinas.

En el interior de los testículos se encuentran unos compartimentos donde se localizan los túbulos seminíferos, unos conductos largos y enrollados, responsables de la formación de espermatozoides.

El proceso de fabricación de espermatozoides se inicia en la pubertad, por los estímulos que desencadena la hormona FSH de la hipófisis y por los efectos de la testosterona del propio testículo.

Cuando los espermatozoides producidos en los túbulos seminíferos abandonan los testículos atraviesan una serie de conductos , la función de los cuáles es transportarlos al exterior. De todos, el más importante que debes recordar es el conducto diferente, un tubo que se extiende desde el escroto hasta la cavidad abdominal para desembocar finalmente en la uretra.

En la imagen puedes seguir el itinerario del conducto que, a partir del testículo de la bolsa escrotal, asciende, penetra en la cavidad abdominal y comunica con la uretra (recuerda que se trata del conducto que desde la vejiga, atraviesa el pene, y conduce las orinas hacia el exterior).

La vasectomía, un sencillo procedimiento quirúrgico para evitar la concepción, consiste en seccionar y ligar los dos conductos diferentes a la salida de cada testículo. Observe en la imagen que es muy fácil acceder a ellos en el escroto. Mediante esta intervención queda interrumpido el paso de espermatozoides, sin que por eso se altere la eyaculación, ya que el semen no se produce en los testículos.

- Las glándulas accesorias del aparato reproductor masculino producen una secreción que combinada con los espermatozoides de los testículos da lugar a lo que conocemos como semen. La función de este líquido es nutrir los espermatozoides y facilitar su movilidad.

De estas glándulas cabe destacar la próstata, un órgano único que se sitúa debajo de la vejiga urinaria y alrededor del primero fragmento de la uretra. Observa en la imagen que la uretra atraviesa la próstata. Por eso es fácil imaginar que el crecimiento de la glándula obstruye el paso de orina y origina alteraciones en la micción.

Esto pasa por ejemplo en un trastorno prostático, que afecta casi a la mitad de los hombres a partir de los 50 años, aunque en muchas ocasiones no provoque ningún tipo de alteración.

Se trata de la hiperplasia benigna de la próstata, un aumento de tamaño de la glándula que puede palparse fácilmente mediante un tacto rectal, introduciendo un dedo en el ano; dado que la próstata está situada inmediatamente por delante del recto.

Un trastorno importante de esta glándula es el cáncer de próstata, una patología frecuente en varones mayores de 50 años, y que puede indicar poca sintomatología en las fases iniciales. Es importante la detección precoz mediante pruebas diagnósticas sencillas, como la palpación de la glándula en un tacto rectal o la determinación en sangre de los niveles de antígeno prostático específico (PSA).

- Por último, el pene, el órgano que permite la emisión de semen al interior del tracto vaginal de la mujer. El pene es un órgano cilíndrico en la zona caudal de la pared abdominal, que es atravesado por la uretra.

Está formado por cilindros esponjosos, que al llenarse de sangre, proporcionan rigidez al órgano y dan lugar a la erección.

En el extremo libre del pene se encuentra el glande, que está recubierta por una doblez de piel, denominado prepucio. Probablemente ya sabes que la circuncisión es precisamente la extirpación de este manguito de piel.



Enfermedades de transmisión sexual

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) están causadas por agentes infecciosos y parasitarios que suelen contagiarse por vía sexual, aunque en algunos casos existan otras formas de transmisión posibles.

Fueron y son, infecciones habituales entre la población adulta en cualquier época y lugar, y a pesar de las mejores condiciones higiénicas y sanitarias y de los avances diagnósticos y terapéuticos, su incidencia está aumentada en las últimas décadas, por la mayor movilidad de la población, por los contactos sexuales más variados, etc.


La transmisión de este tipo de infecciones sigue una serie de pasos de forma parecida al resto de enfermedades infecciosas. La fuente de infección es siempre una persona infectada y el contagio se produce por contacto sexual de piel y mucosas. De esta forma los gérmenes contenidos en las lesiones y secreciones genitales se transmiten a otra persona.

En la mayoría de estas enfermedades es poco probable el contagio indirecto a través de objetos de uso común (toallas, sábanas, ropa compartida...) o por la utilización de piscinas públicas, aseos etc. Los microorganismos que las originan tienen una capacidad reducida de sobrevivir fuera de su hábitat natural.

En los varones, las infecciones se localizan frecuentemente en la uretra donde provocan una inflamación, a uretrite, que puede propagarse hasta el glande y el prepucio. Las uretrites de transmisión sexual pueden estar causadas por una gran variedad de gérmenes, pero el primer síntoma suele ser una sensación de molestias sobre todo al mear, que más adelante se acompaña de secreción uretral de características variables según el agente infeccioso.

Es importante saber que se se aplica de forma rápida el tratamiento adecuado para que los síntomas desaparezcan y la infección se resuelva sin complicaciones en tres o cuatro días.

En las mujeres, las infecciones de transmisión sexual pueden afectarles a los distintos órganos genitales, originando vulvitis, vaginitis, vulvovaginitis (si afecta a los dos órganos simultáneamente), cervicitis si la alteración se localiza en el cuello uterino o cervicovaginitis cuando se extiende desde la vagina hasta el cérvix.

Las manifestaciones se presentan en forma de molestias y picor en los genitales, dolor durante el coito, molestias al orinar y presencia de un flujo vaginal abundante también de características particulares según el germen que causa la infección.

La mayoría de los casos curan completamente con el tratamiento idóneo. No obstante, son frecuentes las complicaciones causadas por infecciones que con el tiempo se hacen crónicas y que, al presentar síntomas muy leves, pasan inadvertidas hasta que se afectan otros órganos pélvicos.

Entre las enfermedades de transmisión sexual, una de las más conocidas popularmente al largo de la historia es la sífilis, ya que llegó a causar auténticos daños cuando se presentaba en forma de epidemias contra las que no había una fórmula efectiva para combatir.

La incidencia de esta enfermedad disminuyó de forma drástica cuando se consiguió un tratamiento rápido y eficaz con la penicilina pero en las últimas décadas se observó un incremento de los casos. Hoy continúa siendo una de las ETS más frecuentes en todo el mundo, dado que el riesgo de contagio, a través de las lesiones en la piel y mucosas de las personas enfermas, es extremadamente alto.

De todas formas, la ETS más frecuente en prácticamente todos los países del mundo es la gonorrea, causada por una bacteria conocida cómo gonococo. Cabe destacar que cuatro de cada diez mujeres y uno de cada diez varones, son portadores asintomáticos durante semanas o meses. Se trata de personas que desconocen su condición de portadoras, dado que no presentan ningún tipo de síntoma, pero contagian la infección de la misma forma que quien padece la enfermedad.

En el varón las complicaciones son poco frecuentes pero en la mujer es posible la propagación de los microorganismos hasta las trompas uterinas originando una inflamación, salpingite, que puede llegar a producir adherencias en estos conductos y dificultar la fecundación.

Una infección vaginal muy común es la tricomoniase, un trastorno producido por un parasito del tracto genitourinario de ambos sexos, aunque más frecuentemente en mujeres. A menudo las personas infectadas son portadoras asintomáticas.

La candidiasis genital también es una infección que tiene un incidente muy alto sobre todo en las mujeres. Es una micosis producida por un hongo, Candida albicans, que habita en condiciones normales en la piel y mucosas del organismo pero en determinadas circunstancias puede provocar infección.

Recuerde que se mencionó, en relación con el cáncer de cérvix, la infección por el virus del papiloma humano (VPH) que también se transmite por contagio sexual. Actualmente esta infección es ya considerada una lesión premaligna.

En terminos generales el diagnóstico de las ETS se realiza a partir de las manifestaciones que provoca la infección: los síntomas que percibe la persona afectada (picor, molestias, dolor...) y las lesiones que puedan observarse (úlceras, verrugas, manchas...)

Hay otras ETS que comparten vías de contagio, es decir que no sólo se transmiten mediante el contacto sexual, sino también por otras vías, como el caso de las hepatitis B y C o el SIDA.

Para saber más:

En este enlace del MelinePlus encontrará una descripción detallada de las enfermedades de transmisión sexual.




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